
Eslabón vital entre Sandino y el FSLN
Para comprender la razón por la cual el Coronel Santos López es considerado el eslabón vital entre Sandino y el FSLN, retomaremos las reflexiones que el Comandante Tomás Borge plasmó en su libro El axioma de la esperanza:
«En 1961 se funda el Frente Sandinista de Liberación Nacional […] En 1962, la naciente organización revolucionaria junta en los márgenes del Río Patuca, Honduras, sesenta hombres que permanecen casi un año entrenándose en la selva, acosados de pájaros, venados, ríos caudaloso y garrapatas.
Los primeros en hacer incursiones al Río Patuca, donde se entrenó la columna guerrillera, fueron Carlos Fonseca y el Coronel Santos López.
Se juntan de este modo, dos generaciones de nicaragüenses sellados por la presencia histórica del pensamiento sandinista […]
La relación entre Carlos y el Coronel Santos López no fue casual. Las viejas y nuevas generaciones sandinistas se buscaron en medio de las tinieblas hasta detectarse en el momento político y económico justo. Los viejos sandinistas nos transmitieron sus experiencias que cayeron en un terreno hambriento de semillas y nuevas perspectivas. En verdad lo que ocurrió fue un desplazamiento del conocimiento escrito sobre la lucha de Sandino a la carne, los huesos y las palabras de los veteranos sobrevivientes».
¿Quién era el Coronel Santos López?
Cuando falleció en la Habana, Cuba, en 1965, a consecuencia de un cáncer pulmonar, el Coronel Santos López tenía 51 años, 7 heridas de bala en su cuerpo y había sobrevivido a 216 combates.
Su origen era campesino, procedía de una familia humilde originaria de Yalagüina, Las Segovias. Desde los ocho años empezó a trabajar en las fincas vecinas, para ayudar a su mamá, ya que su padre se había desobligado completamente de sus cinco hijos.
Conoció desde muy pequeño la dureza de la vida en el campo y el martirio de los campesinos, que sufrían por la intervención norteamericana y por la constante explotación a la cual eran sometidos.
Destacándose en los combates
A los doce años, el encuentro con el General Sandino, en 1926, cambiaría su vida para siempre: fue admitido en la tropa, empezó a luchar primero en el Coro de Ángeles, luego como parte de Los Palmazones, y después, como combatiente y jefe de los adultos. Se ganó el grado de Coronel a los 18 años, en grandes combates.
El teniente norteamericano William Lee, conocido por ser un sanguinario, cuando se enteró que en el área donde él se encontraba, vivía la compañera de Santos López, Manuela García, con su niña, agarró a la pequeña, la pateó, la tiró al aire y la asesinó, partiéndola con la bayoneta que tenía calada en su arma de guerra.
Único sobreviviente de la masacre del 21 de febrero de 1934
Santos López combatió en el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, hasta la derrota histórica de los yanquis en 1933, en que salieron expulsados de Nicaragua.
El 21 de febrero de 1934, fue parte del equipo de confianza que acompañó al General Sandino a Managua, donde se desarrollarían las conversaciones de paz con el gobierno de Juan Bautista Sacasa. Sin embargo, el General y dos de sus lugartenientes fueron capturados y asesinados a traición, por orden de Anastasio Somoza García.
Esta misma noche, cuando la Guardia Nacional atacó la casa de don Sofonías Salvatierra, donde Santos López se encontraba con Sócrates Sandino (hermano del General), el Coronel logró escapar herido. Al no conocer Managua, para salvar la vida, se guió por las vías del ferrocarril, hacia León, a un lugar que el conocía. Fue el único sobreviviente.
Formando con su experiencia a las nuevas generaciones del FSLN
Contactado por Carlos Fonseca en 1960, al año siguiente forma parte de aquel puñado de hombres excepcionales que fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Luego asumió la dirección como Jefe militar de la guerrilla del río Patuca, en Honduras.
Como mencionamos al inicio, la experiencia vivida a lado del General Sandino, fue de suma importancia para la formación de nuevas generaciones de combatientes y dirigentes del FSLN. Hay que recordar que el Coronel Santos López tuvo estrecha relación con el comandante Carlos Fonseca, Víctor Tirado López, Germán Pomares y otros dirigentes del FSLN. Transmitió no solamente la táctica que aprendió con Sandino, sino también los ideales revolucionarios por los que había luchado tantos años en el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.
Héroe Nacional y símbolo vivo del encuentro entre dos generaciones de sandinistas
La Asamblea Nacional lo declaró Héroe Nacional el 2 de Marzo de 1984, mediante el Decreto 1410. Tenaz e incasable combatiente, fue reconocido como “símbolo vivo del encuentro de las nuevas y viejas generaciones de sandinistas”.
Sus restos, que regresaron a Nicaragua después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, descansan en un mausoleo, cerca del Comandante Carlos Fonseca y del Comandante Tomás Borge, en la histórica Plaza de la Revolución.