La Vicepresidenta Compañera Rosario Murillo, reflexionó que uno de los grandes desafíos del mundo actual es no excluir a ningún pueblo por que «la humanidad, la familia humana, necesita de todos».
«Así vivimos con esperanza y confianza en Dios, llenos de amor, llenos de luz, llenos de caminos, porque uno vive con caminos en el alma, caminando, precisamente sabiendo, estando conscientes que la vida es caminar, aprender, crecer todos los días creciendo al aprender, avanzar. Tiempos difíciles que vive la familia humana y a más dificultad más aprendizaje, más sabiduría le pedimos a Dios. Sabiduría, serenidad para enfrentar las situaciones difíciles, iluminados, bendecidos, encontrando siempre la forma de ir adelante con principios, defendiendo principios, valores; seguir adelante con todo lo que son, han sido nuestras creencias, porque creemos en primer lugar en Dios nuestro Señor y porque creemos en una humanidad que debe ser comunidad, fraternidad, hermandad, solidaridad», indicó.
«En eso creemos y así queremos, nos proponemos avanzar todos los días, sin exclusiones. El mundo no puede darse el lujo en estos tiempos de grandes desafíos de excluir a nadie. El mundo no puede y sobre todo los organismos, todo lo que conforma esa comunidad humana, no puede darse el lujo de privilegiar a unos y condenar a otros. El mundo, la humanidad, la familia humana, necesita de todos. Eso a lo largo de nuestras vidas no solo lo hemos aprendido por principios y valores, sino en la práctica. Sabemos que todos somos necesarios, unos y otros», agregó.
Dijo que «en el año del inicio de la pandemia, se decía o nos salvamos todos o nos hundimos todos. Y eso sigue siendo la verdad verdadera. El mundo entero necesita de todos los pueblos, por eso decimos no exclusion, no discriminación y necesita consensos, acuerdos, no condena, se necesita consesos, acuerdos, coincidencia, encuentros para ir adelante».
«Aquí cada día conocemos más y más de este mundo donde la comunicación se traslada de manera instantánea y bueno, la dificultad está en qué comunicación se traslada, cuánta verdad verdadera hay en la comunicación, cuánta manipulación también; cuántas caras de la comunicación. Bueno, nosotros hemos conocido la manipulación a través de la información y la comunicación. Cuántos escenarios fueron coreografiados, construidos aquí en ese nefasto abril que todos aborrecemos y que nunca volverá. Cuántos escenarios los vimos, los veíamos, cuántas personas incluso y sobre todo fuera del país, se confundieron cuando veían teatro, teatro puro, eso era. Por eso sabemos que hay coreografías, escenografías construidas para pretender movilizar conciencias hacia un lado o hacia otro. Lo hemos padecido, lo hemos vivido. Querían algunos de esos destructores de la paz, querían que el mundo creyera que la insurrección se repetía en Nicaragua. Lo que había era crimen organizado, con un montaje coreográfico, o montajes coreográficos que simulaban la epopeya de la insurrección», recordó.
«¿Quién les creyó? nadie, porque la mentira tiene patitas cortas y sabemos como decíamos ayer nos conocemos, sabemos quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Todos los trucos de la comunicación se usaron. Todos los trucos que incluían la presentación del vandalismo como heroísmo. Todos los trucos de la comunicación que incluían falsos profetas bendiciendo la maldad, la perversión, por eso decimos usando y jurando con el nombre de Dios totalmente en vano. Bueno, pecados capitales. Estamos en un mundo donde desgraciadamente se usa, se manipula, se abusa de una comunicación tendenciosa y de fabricaciones comunicacionales, por eso tenemos que tener los ojos del corazón, del alma, los ojos bien abiertos para saber desde nuestra experiencia propia también, dónde está la verdad. La verdad que es quizas la primera víctima de todos los conflictos que se dan en el mundo porque es la que perece, o pretenden hacer perecer, porque pretenden hacernos creer que el mundo es como lo quieren las potencias. Y el mundo es y debe ser de los pueblos y para los pueblos», indicó.
Manifestó que «siempre pensamos que estamos frente al surgimiento de un nuevo mundo que es fruto de una ruptura de todas esas mañas, de todos esos trucos, de todos esos golpes, de todo ese afán de destruir y de destruirnos, cuando tanto cariño, ternura necesita la familia humana. Cuánta sanación y cuánta oración, porque hay que orar, de verdad orar, como decíamos también en estos días, doblar rodilla, orar con sinceridad, orar con fuerza espiritual, orar generando fortalezas, orar y no perdernos, porque este es un laberinto que pretende comprar almas, confundir almas y establecer otros mundos, no los mundos que los pueblos queremos y merecemos, otro mundo para seguir imponiendo sacrificios, dolores, sufrimientos a la familia humana».
Informó que «mañana hay una reunión en Roma, sobre los desafíos que todas estas crisis en plural del sistema capitalista, desde el deterioro de todos los valores, del deterioro incluso de la pérdida de valores, una reunión en la que se va a denunciar cómo hemos sido empobrecidos más y más los pueblos y cómo hemos sido impactados por la pérdida de cosechas, por la afectación a la seguridad alimentaria, que bueno hambre ha habido desgraciadamente y para condena de los perfectos, de los que se creen perfectos, pero ahora estamos amenazados con más hambre como resultado de la injusticia, como resultado de la imposición pretendida imposición de un mundo sobre otro».
«Pero la vida es como es y por mucho que se pretenda imponer necesades, falsedades, mentiras, crímenes de odio, porque hay crímenes de odio como negar a los pueblos, por mucho que se pretenda imponer la mentira, la verdad siempre asoma. Y otro mundo surge y es el mundo de los pueblos, el mundo que merecemos los pueblos luchadores, trabajadores, de conciencia liberadora, mundo para luchar contra la pobreza que nos impuso y nos ha impuesto y nos pretende seguir imponiendo lo que llaman primer mundo, imaginemos primer mundo. Qué es lo primero, la vida, qué es lo primero el respeto a la vida, sin embargo el primer mundo llamado así por ellos no respeta la vida, no reconoce el derecho a la vida, a la seguridad humana, pero ahí va saliendo de esos cristales rotos por ellos mismos, va saliendo la verdad y las nuevas realidades, los nuevos tiempos», concluyó.