Este lunes, el Ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, explicó en la Revista en Vivo con el periodista Alberto Mora los principales lineamientos del Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza y para el Desarrollo Humano 2022-2026, una continuación de las políticas sandinistas que ponen el bienestar del pueblo y las necesidades del ser humano en el centro.
¿Cuáles son los aspectos más relevantes de este plan y quiénes están inmersos en el mismo?, preguntó el Compañero Alberto Mora.
Según el ministro Acosta, existe una continuidad de los planes desde la llegada al Gobierno del comandante Daniel Ortega en el año 2007. “Es la primera vez en mucho tiempo, y tal vez la única en la historia, que hemos podido estructurar cuatro planes seguidos de desarrollo”, dijo.
Esto, dijo, “es un giro estratégico para el país. Los otros gobiernos hacían planes, pero eran planes dirigidos con otro objetivo”. “El PMD (de los liberales) era un plan de los ‘clusters’ un plan que ponía todo el énfasis en la exportación y no tenía una visión de pymes, de los pequeños negocios, de los medianos”. Así “se iba destrozando, desestructurando el aparato productivo”, dijo.
En 2007-2008, cuando se elabora el primer plan bajo el Gobierno sandinista, se planteó hacer un cambio total aunque “manteniendo las cosas en las que se había logrado algún avance”: El Ministro recordó que allí se hicieron planteamientos estratégicos con un equipo en el que participó el compañero Paul Oquist (qepd) y otros. “En esos momentos, la instrucción del comandante Daniel Ortega es que lo más importante en este país es la lucha contra la pobreza y la extrema pobreza, ese es el centro. Y sobre todas las cosas, el ser humano”, explicó.
El Ministro dijo que en el plan hay factores de cambio, como la nueva prioridad en la lucha contra la pobreza y por el ser humano, pero también hay factores de continuidad con lo que se había venido haciendo.
«Los factores de continuidad tenían que ver con la estabilidad macroeconómica, la política fiscal con alta disciplina, la ruta de desendeudamiento del país, el mantener el clima para las inversiones, un clima propicio para la inversión privada, fortalecer los Tratados de Libre Comercio”, explicó.
Pero los cambios fueron la parte más importante del plan y giraron en torno a quiénes son los protagonistas: “Los pequeños, los micros, los medianos, las mayorías. Porque no puede haber desarrollo en ningún país, y esto es así, si no está incluida la mayoría”, dijo.
“Hay países que tienen altas tasas de crecimiento (y eso implica a menudo mucho edificio) pero tienen mucha pobreza, mucha exclusión” y puso como ejemplo la pandemia en América Latina donde “hay 4 países en los que está concentrada la mayor tasa de mortalidad y son países de renta media-alta”.
“Entonces, en 2007 se realizó el primer Plan de Desarrollo Humano y este (el plan 2022-2026) sería una continuidad”, explicó Acosta.
El Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza y para el Desarrollo Humano 2022-2026 está estructurado en 7 capítulos, pero tiene 4 elementos Centrales: De dónde veníamos; qué avances y que logros hemos alcanzado; los daños causados por el derrotado intento de golpe, la pandemia y los huracanes Eta y Iota y, por último, los doce lineamientos estratégicos del Plan.
“No podemos olvidar los casi 17 años de neoliberalismo, en que se destrozó la política social, la capacidad productiva del país, se deterioraron todos los indicadores, íbamos en una ruta hacia el 65% de pobreza general”. Aunque las cifras de los gobiernos liberales daban un nivel de pobreza del 48% en 2006, entre 2003 y 2005 la pobreza dio un salto de 45 a 48.3%. “Es decir, que si hubiera continuado esa larguísima noche (y día oscuro) habría llegado al 60-70%”, explicó.
El segundo elemento del Plan tiene que ver con qué avances hemos tenido y qué ha cambiado en el país bajo la administración y el liderazgo del comandante Daniel Ortega, explicó Acosta.
“¿Qué cambió? Se electrificó el país. Se apuntó a la generación de energía renovable. Se construyó la infraestructura más grande de salud pública de Centroamérica. Se garantizó la gratuidad de la salud y la educación, y eso aumenta el número de la matrícula, la retención escolar (…) con las políticas públicas como la merienda (escolar), las aulas digitales. Se impulsó el tema de las telecomunicaciones, el acceso a Internet a todos los municipios”, enumeró.
“Definitivamente, el tema del agua potable y el saneamiento ha venido avanzando. Ese es un gran desafío todavía, pero hace 8 o 9 años el agua potable en Managua –no en los municipios rurales– (…) 30 córdobas costaba un barril de agua”, recordó. El Ministro aseguró que una familia necesita cerca de dos barriles para satisfacer sus necesidades de agua y que había gente que tenía que pagar hasta 50 córdobas al día por el agua, es decir, 1 mil 500 córdobas al mes. “Es ha desaparecido. Los 20 metros cúbicos de agua (hoy) valen 110, 120 córdobas”, constató.
“El tema de las mejoras del transporte público, todavía es un desafío”, dijo, pero recordó el estado deplorable en el neoliberalismo dejó a la flota de buses. “Son temas que a veces la memoria se le escapa a uno, porque eso fue hace 8 o 10 años”, dijo. Hoy ha cambiado el parque de medios de transporte público. “Tenemos un crecimiento del 99% de carreteras y el 85% de ellas en buen estado, eso coloca al país en una posición altamente competitiva con respecto al pasado”, agregó.
“Las políticas productivas han tenido un avance importante. Hemos aumentado la exportación, hay mayor producción, se ha acopiado más leche, hay más energía, hay mejor calidad de agua, hay más seguridad. Todo eso se ha construido durante todos estos años del Gobierno del comandante Daniel Ortega, entonces se ha reducido la pobreza (…) según la última medición del Banco Mundial, del 48.3 al 24.6%”, dijo.
“Es decir, se puede prever que efectivamente, en 5, 7 u 8 años con una buena gerencia, con buenas políticas o con un liderazgo como el del presidente Ortega, prácticamente (Nicaragua) podría ser el primer país de Centroamérica con la pobreza en un solo dígito”, afirmó.
El tercer eje del plan es acerca de los daños que ha sufrido la economía nacional del 2018 a la fecha. Según Acosta, el daño mayor fue el fallido intento de golpe del 2018. Si los huracanes Eta y Iota causaron daños por 990 millones de dólares, el derrotado intento de golpe costó 25 o 26 veces más en recursos, sin contar las pérdidas en vidas humanas que son irreparables. El derrotado intento de golpe fue incluso mucho más dañino que la pandemia que ha afectado a toda la economía mundial.